Romanticismo
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiifnqn2xc8-SZTv19Z_gTD3NZN5uWiLEps4UMJAT6OK0Zs7ZfFOgvDrugzOzh-oF7PHVyj9BdItwWfTs28oR8ux37zfBR2xI14qP-vhE2SDkgJXjfUW9Mqi0MdeIcGC14cuj_2T5fV_bBY/s320/romanticismo1.jpg)
Se desarrolló en
la primera mitad del siglo XIX, extendiéndose desde Inglaterra a Alemania hasta llegar a otros países. Su
vertiente literaria se fragmentaría posteriormente en diversas corrientes, como
el Parnasianismo, el Simbolismo, el Decadentismo o el Prerrafaelismo, reunidas en la denominación general de Posromanticismo, del cual derivó el llamado Modernismo
hispanoamericano. Tuvo fundamentales aportes en los campos de la literatura, la pintura y
la música. Posteriormente, una de las corrientes vanguardistas del siglo XX, el Surrealismo, llevó al extremo los postulados románticos de la
exaltación del yo.
Etimología
Si bien está clara
la relación etimológica entre romántico
y el término francés para novela roman,
no toda la crítica se pone de acuerdo. En todo caso parece que la primera
aparición documentada del término se debe a James Boswell a mediados del siglo XVIII, y aparece en forma adjetiva,
esto es, romantic o romántico. Lo utiliza para referirse
al aspecto de Córcega. Este término hace referencia a lo inefable, aquello que no se puede
expresar con palabras. Así, en un principio, se entendería que un sentimiento
romántico es aquel que requiere de un roman
para ser expresado. El texto de Boswell se tradujo a varias lenguas, llegando a
alcanzar especial fuerza en alemán, con la difusión de romantisch, en oposición a klassisch.
Según René Wellek el término sirvió en principio para
denominar una forma genérica de pensar y sentir y sólo en 1819, con Friedrich Bouterwek se emplea Romantiker como denominación de la escuela literaria. La
difusión del término es irregular por países; en 1815 en España podemos encontrar romancesco
junto a romántico,
estabilizándose el segundo ya en 1918.1
Otro origen del
término muy señalado es el que relaciona «romántico» con la expresión «in
lingua romana» que alude a las lenguas romances distinguiéndolas de la antigüedad clásica representada
por el latín. Se trataría por tanto de un giro hacia la lengua propia y vernácula como
representate de la propia cultura. Igualmente surge con este término una
oposición entre «romántico» y «clásico» en función de la lengua que prefirieran
y, por añadidura, asociada también al gusto creador de unos y otros.2
Características
El Romanticismo es
una reacción contra el espíritu racional y crítico de la Ilustración y el Clasicismo, y favorecía, ante todo:
- La conciencia del Yo como entidad autónoma y, frente a la universalidad de la razón dieciochesca, dotada de capacidades variables e individuales como la fantasía y el sentimiento.
- La primacía del Genio creador de un Universo propio, el poeta como demiurgo.
- Valoración de lo diferente frente a lo común, lo que lleva una fuerte tendencia nacionalista.
- El liberalismo frente al despotismo ilustrado.
- La originalidad frente a la tradición clasicista y la adecuación a los cánones. Cada hombre debe mostrar lo que le hace único.
- La creatividad frente a la imitación de lo antiguo hacia los dioses de Atenas.
- La obra imperfecta, inacabada y abierta frente a la obra perfecta, concluida y cerrada.
Es propio de este
movimiento un gran aprecio de lo personal, un subjetivismo e individualismo absoluto, un culto al yo fundamental y al carácter
nacional o Volksgeist, frente a la universalidad y sociabilidad
de la Ilustración en el siglo XVIII; en ese sentido los héroes románticos son, con
frecuencia, prototipos de rebeldía (Don Juan, el pirata, Prometeo) y los autores románticos quebrantan cualquier normativa o tradición
cultural que ahogue su libertad, como por ejemplo las tres unidades aristotélicas
(acción, tiempo y lugar) y la de estilo (mezclando prosa y verso y utilizando
polimetría en el teatro), o revolucionando la métrica y volviendo a rimas más libres y populares como la asonante. Igualmente, una renovación de
temas y ambientes, y, por contraste al Siglo de las Luces (Ilustración),
prefieren los ambientes nocturnos y luctuosos, los lugares sórdidos y ruinosos
(siniestrismo); venerando y buscando tanto las historias fantásticas como la superstición.
Un aspecto del
influjo del nuevo espíritu romántico y su cultivo de lo diferencial es el auge
que tomaron el estudio de la literatura popular (romances o baladas anónimas, cuentos tradicionales, coplas, refranes) y de las literaturas en lenguas regionales durante este periodo: la gaélica, la escocesa, la provenzal, la bretona, la catalana, la gallega, la vasca... Este auge de lo nacional y del nacionalismo fue una reacción a la cultura francesa del siglo XVIII, de espíritu clásico y universalista,
difundida por toda Europa mediante Napoleón.
El Romanticismo
también renovó y enriqueció el limitado lenguaje y estilo del Neoclasicismo, dando entrada a lo exótico y lo
extravagante, buscando nuevas combinaciones métricas y flexibilizando las
antiguas o buscando en culturas bárbaras y exóticas o en la Edad Media, en vez de en Grecia o Roma, su inspiración.
Frente a la
afirmación de lo racional, irrumpió la exaltación de lo instintivo y
sentimental. «La belleza es verdad». También representó el deseo de libertad
del individuo, de las pasiones y de los instintos que presenta el «yo»,
subjetivismo e imposición del sentimiento sobre la razón. En consonancia con lo
anterior, y frente a los neoclásicos, se produjo una mayor valoración de todo
lo relacionado con la Edad Media, frente a otras épocas históricas.
El estilo vital de
los autores románticos despreciaba el materialismo burgués y preconizaba el amor libre y el liberalismo en política, aunque hubo también un Romanticismo
reaccionario, representado por Chateaubriand, que preconizaba la vuelta a los valores cristianos de
la Edad Media. El idealismo extremo y exagerado que se buscaba en todo el
Romanticismo encontraba con frecuencia un violento choque con la realidad
miserable y materialista, lo que causaba con frecuencia que el romántico acabara
con su propia vida mediante el suicidio. La mayoría de los románticos murieron jóvenes. Los románticos amaban la
naturaleza frente a la civilización como símbolo de todo lo verdadero y genuino.
No hay comentarios:
Publicar un comentario